martes, 16 de febrero de 2010

Estudio dice que parece imposible definir el punto G en la mujer

La búsqueda del punto G en la mujer no ha podido ser aún definido por los científicos, e incluso algunos de ellos han llegado a calificarlo como una zona tan borrosa como la de un "ovni" ginegológico.

Según información de el diario 'El País', durante 60 años, la búsqueda de dicha zona erógena femenina no ha sido concluyente.

Un profesor de epidemiología genética y una psicóloga del colegio King de Londres realizaron una encuesta, mediante la cual preguntaron a mil 804 voluntarias sobre sus costumbres sexuales.

El cuestionario que se realizó a mujeres mellizas y gemelas arrojó que 50% de las candidatas no pensaban que poseían el punto G, mientras que la otra mitad sí.

El especialista dijo para 'El País' que en torno a la respuesta, tanto de las mellizas como de las gemelas "coincidían o estaban en desacuerdo, sin que importara cuánto material genético compartían, lo que nos dice que, sea lo que sea (el punto G), no implica influencia genética".

El docente dijo que de acuerdo con un nuevo estudio publicado recientemente en la revista "Journal of Sexual Medicine", el punto G ha quedado sin rastro alguno.

Con este resultado surge la hipótesis de que podrían existir un sin fin de puntos G, cada uno para cada mujer.

El término punto G, o punto de Gräfenberg, fue adoptado por los doctores John Perry y Beverly Whipple en 1981 para describir esa zona erógena de la vagina, situada a mitad del recorrido entre la parte posterior del hueso púbico y el cérvix, a lo largo de la uretra femenina.

Este estudio, no obstante, generó rechazo entre algunos especialistas, como de la profesora Whipple, de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, Estados Unidos, publicó 'El País'.

Ella cuestionó la metodología que utilizaron para llegar a esa conclusión. Explicó que "ellos han eliminado a las mujeres que usan la estimulación con los dedos, que resulta la forma más fácil de excitar esta zona.

"Y tampoco preguntaron acerca de las posturas de coito que usaron la s mujeres", debido a que existen posiciones que facilitan la estimulación de esta zona erógena, agregó.

De la misma manera, un científico italiano del Departamento de Medicina Experimental de la Universidad de L¿Aquila demeritó el estudio, debido a que sus conclusiones se basaron en un cuestionario voluntario enviado por correo."¿Formaron su opinión a partir de imágenes médicas, a preguntas sobre el sexo cara a cara con los pacientes con un profesional certificado, a cuestionarios validados, a exploraciones ginecológicas, autopsias, o al uso de marcadores bioquímicos o moleculares para estudiar muestras de tejido? Nada de eso. Se limitaron a enviar un cuestionario por correo", explicó el científico.

EL UNIVERSAL
GDA

martes, 9 de febrero de 2010

No nos consta... Por: Tola y Maruja‏

— Oites Tola, muy galleta tu idea de que nos vamos pa Medellín a estudiar el bachillerato en la noturna.

— Pues claro… Matamos dos pájaros de un tiro: hacemos el bachiller y Uribe nos paga cien mil pesos mensuales como informantas.

— Matamos tres pájaros, porque el profesor que nos coja cargadilla lo sapiamos.

— Es que nos toca rebuscar la platica mi estimada Maruja porque ahora con los nuevos decretos del Plan Obligatorio de Salú, el famoso POS, los pobres quedamos como Pirulo.

— Contame bien Tola cómo es la cosa.

— Ay, mijita… Téngase fino porque ya los enfermos vamos a tener que pagar lo que no incluya el POS, o sea todo lo distinto de Loratadina… Yo por lo menos ya me dispierto por la mañana, le doy gracias a Dios por tenerme aliviada y le rezo: Señor, si por pecadora me vas a mandar cualesquier enfermedá, que por favor esté incluida en el POS.

— Ay, Tola… ¿Qué vamos a hacer? ¿Y qué pasa si uno necesita una cirugía y no tiene con qué pagar?
— Menos mal el decreto permite que si un paciente no tiene plata, puede pagarle a la clínica en especie: plasma, un órgano… o servir de material didático pa los estudiantes de medecina.

— ¿Y entonces qué quedó cubriendo el bendito POS?
— Uñeros, ronchas, orzuelos, verrugas, fuegos, vientos encajaos, hipos, nacidos recién nacidos y enconos que no superen el tamaño de una moneda de cincuenta pesos… Ah, y virus nacionales.

— ¿Y los embarazos?
— Los consideran pre-esistencia… Pero tiene otra cosa buena el tal decreto: un convenio con el supermercado Ésito… Entonces por ejemplo vos llegás a urgencias con una herida y te cogen 15 puntos, esos puntos los pagás con tus puntos Ésito.

— ¿Y el Gobierno cómo sabe si uno tiene capacidá de pago?
— Muy sencillo: en el quirónfano, aparte del cirujano y el anastesista, habrá un delegado de la DIAN y otro de pensiones y cesantías… Pero si tu capacidá de pago es lamentable entonces llaman un cura.

— Ah, bueno, por lo menos los santos óleos sí los cubre el POS.

— Depende… Si pertenecés al Sisbén no te ponen óleos sino vinilos. Y si te morís, la anchura del túnel de la muerte también depende de si sos del régimen contributivo o susidiao.

— ¿Y qué pasa si uno se les muere sin pagar?
— Las EPS van a tener espiritistas en sus departamentos de Cartera, de modo que te invocarán con güija pa renegociar la deuda y si no, te pasan a cobro jurídico y te embargan las cenizas.

— Qué ironía: el Gobierno nos quita la salú y más sin embargo se opone a la eutanasia.

— Lo más preocupante de esta reforma es que los médicos que receten cosas distintas a cetaminofén los van a sancionar: los trasladan pa Venezuela.

lunes, 1 de febrero de 2010

La fertilidad de las mujeres cae un 90 por ciento pasados los 30 años

A esa edad han utilizado prácticamente el 90 por ciento de sus reservas de óvulos, según estudio de las universidades de Saint Andrews y Edimburgo, ambas en Escocia.

Las mujeres continúan fabricando óvulos hasta pasados los 30, e incluso los 40 años, pero la reserva de óvulos potencialmente fértiles se reduce hasta ser prácticamente insignificante, señala el estudio publicado hoy por el diario británico "Daily Telegraph".

El deterioro de los óvulos a partir de esa edad aumenta las dificultades para concebir y eleva el riesgo de que no sea un bebé sano.

La novedad de este estudio es que es el primero que habla de "reserva ovárica", para referirse al número potencial de óvulos que fabrica una mujer a lo largo de su vida hasta la menopausia.

Según esta investigación, las mujeres nacen con un promedio de 300.000 potenciales células ováricas, aunque el fondo desciende a una velocidad mayor de lo que en un principio se pensó.

Para cuando cumplen los 30, al 95 por ciento de la mujeres les queda sólo el 12 por ciento de sus reservas de óvulos, y para los 40 años tan sólo queda el 3 por ciento "El estudio demuestra que las mujeres mayores en general sobrevaloran sus posibilidades de concebir un hijo", afirmó Maíz Wallace, co-autor del estudio.

Para Wallace, este estudio podría ayudar a predecir qué mujeres presentan una menopausia temprana y cuándo congelar óvulos de enfermas con cáncer de ovarios.

El grupo de investigadores creen que muchas mujeres cometen el error de pensar que como siguen fabricando óvulos, su fertilidad permanece inalterada. El estudio además descubre que hay notables diferencias entre la capacidad de fabricar óvulos de las mujeres, ya que mientras algunas pueden nacer con 2.500.000 óvulos potenciales, otras lo hacen con apenas 35.000.

Aunque el cuerpo femenino sólo lleva a maduración una media de 450 óvulos a lo largo de toda su vida, los investigadores creen que cuanto mayor sea la reserva de óvulos potenciales, mejor será la calidad de éstos para fertilizar.

Para la investigación se han evaluado las reservas de ovarios de 325 mujeres europeas y estadounidenses de diferentes edades.

LONDRES